jueves, 25 de mayo de 2017

La demolición de Sigmund Freud Sigmund Freud, por simple observación durante su práctica terapeútica, descubrió muchas grandes verdades (muchas y grandes) acerca de la naturaleza humana. Desgraciadamente, su procedimiento no se ajustaba al método científico tal como se considera actualmente. Y también contiene algunos errores. Lo cual ha servido de pretexto para atacarlo despiadadamente. Lo cierto es que todas las teorías científicas contienen errores. La ciencia procede por aproximaciones, corigiendo cada nueva teoría los errores de las anteriores. Y esto, que es válido para las ciencias físicas, es mucho más significativo para las ciencias sociales, que plantean gravísimos problemas de replicación y verificación. Pero,sobre todo, está un curioso fenómeno: cuanto más importante sea el personaje que atacamos, mayor será nuestro renombre. Y, probablemente, lograremos además adular a algún catedrático que quizá deba evaluar nuestros trabajos. Y lo grave es que, en su empeño por logar la validez que la moderna metodología científica pretende asegurar, lo que se utiliza en la práctica es el método estadístico. Monótonas especificaciones de diseños experimentales que básicamente consisten en la aplicación de un cuestionario que no suelen dar más que unas distribuciones porcentuales sobre las diversas opcioones propuestas y que no nos acercan a la verdadera y viva naturaleza humana que Freud sí puso de manifiesto. En definitiva, nos dicen mucho más la Psicopatología de la vida cotidiana, o El porvenir de una ilusión, o Más allá de principio del placer, o La psicología de las masas que los idigeribles tochos que hay que estudiar en las facultades de Psicología. Nada más. Romper una lanza en defensa de uno de los mayores genios y de las personas de más elevada moral que la humanidad ha conocido.

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