lunes, 10 de diciembre de 2007

Esperpento.

Estamos ante un esperpento que hubiera llamado sin duda la atención de Valle-Inclán. Consiste, ni más ni menos, que en la desproporcionada atención que la sociedad española está prestando a ETA. Porque ETA no es un problema. Matizo: No es un problema político. Es un simple problema de orden público. Y para eso tenemos unos policías que trabajan muy bien y unos jueces que, estos sí, me temo que deberían ser más numerosos y que deberían tener más medios. Ello deberían ocuparse de ETA y no los políticos. Hablo del momento actual, no de otros tiempos que ya van quedando muy atrás y en los que la actividad de la banda podía justificar otro tratamiento. Pero, en estos momentos, es absolutamente indecoroso y ridículo el tremendo sarao que se ha montado en torno del asesinato de dos personas.
Entiéndaseme: un asesinato es algo muy triste y que debe ser perseguido. Pero para eso ya tenemos jueces y policías. Y a los asesinatos de ETA se les debería dar el mismo tratamiento que a cualesquiera otros asesinatos.
Pero todos sabemos lo que pasa. El electoralismo es uno de los cánceres de la democracia. Sobre todo el electoralismo de cierto partido que está dispuesto a todo con tal de meter mano en los presupuestos del Estado. Incluso explotar la desgracia de algunas personas. A pesar de que, como saben ellos y sabemos todos, el mayor favor que se puede hacer a ETA es hablar de ella.

No hay comentarios: