jueves, 25 de octubre de 2018

El siglo Cuarto: La invención del totalitarismo.


    Tengo la impresión de que, al menos a nivel de manuales escolares de Historia, de que el siglo IV ha sido gravemente marginado. El siglo V, por ejemplo, ha sido señalizado como el del fin del Imperio Romano, ya que el año 476 Odoacro depuso al emperador títere Rómulo, llamado Augústulo, que había sido formalmente entronizado por su padre, Orestes, funcionario romano anteriormente secretario de Atila. Parece ser que fueron los historiadores al servicio de Justiniano los que señalaron esta fecha como fin del Imperio Occidental, ignorando que Odoacro llegó a proclamar emperador a su hijo y olvidando que este hecho apenas ´despertó el menor interés en su momento.
    Sin embargo, en el siglo IV sí ocurrió un hecho de suma importancia: la efectiva cristianización del Imperio y el empeño por parte de la autoridad imperial de imponer una cierta ideología oficial, seleccionado para este cometido la religión cristiana, que ya a mediados del siglo era considerada como "la religión" por excelencia.
    Todo el siglo está marcado por el fenómeno de la imposición del cristianismo y, quizá sobre todo, por las innumerables disputas doctrinales entre unos y otros grupos cristianos, entre los diversos obispos y, quizá de forma muy importante, de la controversia entre los que querían aclarar, depurar, racionalizar la doctrina y los que pretendían simplemente uniformarla, en lo que debemos considerar como el invento del totalitarismo en la Historia.

    En este proceso, a partir de la legalización del cristianismo por Constantino y después por el concilio de Nicea se producen una larga serie de disputas en las que los emperadores se creen con el derecho a intervenir (a veces a petición de los grupos enfrentados) hasta que, por fin, el emperador Teodosio intenta cerrar el proceso por la vía autoritaria, mediante la emisión de las constitutiones (leyes) Nullus Haereticis y Cunctos Populos.
    Por supuesto, y como en repetidas ocasiones puede comprobarse en la historia romana, muchas gentes, e incluso ciudades o regiones enteras, siguieron practicando doctrinas y religiones diversas según buenamente les parecía, pero ese intento de unificación ideológica debe ser considerado de enorme importancia e influencia posterior, sobre todo en la configuración política y jurídica de la Edad Media.

No hay comentarios: