Los numantinos, en su enfrentamiento
con el superior poder de Roma, prefirieron morir a someterse. Prefirieron la
muerte a la servidumbre, al envilecimiento. Con ello ofrecieron a los propios
vencedores la salida más digna. En efecto, la esclavitud es una situación en la
que vencedor y vencido se envilecen mutuamente, una situación en la que ambos
quedan atrapados en una red insidiosa de dependencia mutua.
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