La anulación del deseo, la renuncia
a todo y la eliminación consiguiente de la necesidad son un lujo que sólo
pueden permitirse los que han triunfado, los que han llegado al mas alto grado
de la realización. Mientras existe una sola necesidad verdadera, esa necesidad
será un obstáculo a la reflexión, un acicate para la acción. Sólo alguna forma
de plenitud puede darnos la capacidad de comprender la vacuidad de todo. Es
preciso ganar todas nuestras batallas para poder constatar la inutilidad de
haberlas librado.
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